miércoles, 30 de marzo de 2011

Cambios en el blog...


La Última Dama se ha congelado...si! Y  lo siento de verdad. Lo que ocurre es que en tres meses me voy a la India para todo un año. Ha sido una decisión muy difícil, me ha traído muchos problemas, y a sido en esos momentos de angustia cuando La Última Dama nació. Pero ahora se ha terminado es etapa, y Vesna ya no me susurra de noche contándome lo muy confundida que está, ni Peter me explica como se está enamorando, ni Alex me confiesa sus oscuros secretos. Pero algún día volverán todas esas voces, y entonces acabaré mi novela. No obstante, por el momento estoy empezando una nueva historia, titulada improvisadamente "Crónicas del Mar" o ahora se me ocurre "Entre dos mares". Trata de Lucy, una adolescente que se ve atrapada entre dos mundos, el "real" y el mundo en el que es pirata. Cada vez se confunde más, prefiere ser pirata y navegar por los mares que ser una pobre adolescente, al final no puede evitar questionarse quien realmente es, si Lucy o una gran pirata. Más abajo os adjunto lo que ya he escrito, no es el principio, es solo una parte de la historia que algun día tendrá más sentido. Espero que os guste, y que no os moleste mi decision de 'congelar' a la última dama. Que sepáis que no pienso cambiar el nombre del blog, pues fue gracias a Vesna y su aventura que nació este blog.


  Aunque me negase a admitirlo el aire estaba inundado por un perpetuo silencio, en el que canciones melancólicas inventaban historias que nunca más allá de los libros existieron. Estirada en mi cama reposaba inquieta, la ausencia de un beso me acechaba, mientras el recuerdo de la traición repentinamente hacía hervir mi sangre. Acariciaba lentamente las sábanas para recordarme donde, en que mundo, debía quedarme. ¡Sí! Grité en medio de la calmada noche. ¡No! Contradije en mi habitación estirada. Las dudas crecían en mí como el huracán sin compasión avanza. No había ninguna elección correcta, pues ambas me dejaban entristecida, arrepentida, o tal vez culpable.
   Acaricié con más ímpetu la sábana, pero ahora en lugar de fino algodón mis manos se encontraban con un pesado terciopelo. Abrí los ojos, y pude ver como largas cortinas rojas se posaban encima de la cama en la que yo me encontraba tendida. Me levanté, y como si cientos de mañanas hubiese hecho lo mismo salí del camarote, me apoyé en la barandilla de madera embarnizada, y me quedé observando el infinito mar. Un hombre vestido con ropas anchas pasó por mi lado, no sin antes detenerse y saludarme con un “buenos días Capitán”. Y es que efectivamente, era capitana de aquel galeón,  El Galeón de Los Nueve Pájaros.
   Entrada la noche volví a mi camarote, me paré en la puerta, y observé una vez más el océano, que ahora, oscuro y calmado, reposaba en silencio. Me descalcé las botas, me solté el pelo, y me estiré encima de la cama. Mis dedos acariciaban el terciopelo temiendo perder aquél momento. Cerré poco a poco los ojos, lentamente, hasta que la fina línea de luz su hundía en la oscuridad.
   Desperté, poco después, no fue necesario abrir los ojos, pues mis dedos ya estaban acariciando aquellas sábanas de algodón, que si más no, eran mi encarcelamiento, eran unas sábanas capaces de privarme de la libertad. Me quedé observando detenidamente las  paredes. No me gustaban, estaban pintadas de un color indefinido y su composición de yeso me decía que ya no estaba en un barco pirata surcando los mares, sino que me encontraba otra vez en mi habitación, en mi casa, en alguna ciudad, de algún país que no importaba el nombre.
   Miré el reloj de la mesilla de noche, eran las tres de la mañana o tal vez las cuatro, no me acuerdo muy bien, pero el caso es que aun tenía tiempo de volver a ese lugar. Cerré los ojos, respiré hondo, muy hondo, sin dejar que los ruidos urbanos me molestaran. Y poco a poco, tal y como se describe la muerte, me fui acercando a un punto de luz, donde sentía que el amor, la paz y sobretodo las aventuras palpitaban incesantemente aclamando mi llegada. Atravesé esa luz y sentí todo mi cuerpo vibrar de éxtasis, y una sensación cálida me invadió, igual que cuando tienes frío y te tapas con una manta al lado del fuego, igual que cuando ves a alguien muy querido después de una larga vida. Y desperté.
   Antes de abrir los ojos olí aquel olor a humedad, el olor de salitre, de polvo. Olí el terciopelo, y escuché las olas del mar romper contra el casco del galeón.




Y AQUI VA OTRO FRAGMENTO



    Nunca pensé en que ese día llegaría, nunca imaginé un final mejor. Un momento en la vida en el que todo está hecho, todo esta vivido. Un instante silencioso y fugaz que pasa por el mundo sin ser advertido, sin ni siquiera ser oído.
   Es en un momento, en apenas unos segundos en los que sientes que ya has llorado por todas las tristezas de este mundo, que ya has sonreído por todos esos momentos felices, una puesta de sol, un una tarde lluviosa con un libro en la mano… y es cuando sientes que ya has amado de la forma más intensa, más dulce y más real que nunca antes nadie había hecho.
   Son unos segundos, espacios en que pequeñas agujas van girando en mi reloj, aquel que aun guardo en el bolsillo, aquel que con su ligero peso reposa sobre mi. Puedo oír su tic-tac, y me pregunto que importancia tiene el tiempo en la vida, que importancia tienen los días vividos cuando vas a morir.
   Miré por última vez el mar, el sol renacía en sus aguas, majestoso, formidable, omnipotente.



domingo, 13 de marzo de 2011

Lagrimas de un Ángel me ha nominado!

Gracias Lagrimas de un Ángel por nominarme!! Supongo que esto significa que te gusta mi blog ^^
Bueno y para seguir con la tradición responderé a las tres preguntas y nominaré a unos cuantos blogs:

Color favorito: verde, como las hojas de los árboles y como el césped mojado que tanto me gusta fotografiar.
Comida favorita: Cualquier cosa verde xD Soy vegetariana :P
Libro favorito: Sin duda Cazadores de Sombras por sus aventuras y romances, pero no puedo evitar empatarlo con "Si no despierto" de Lauren Oliver, un libro que se ganó un lugar en mi corazón gracias a sus palabras que tantas veces me hicieron reflexionar.

BLOGS NOMINADOS:
Mabi de Voz De Cristal: porque me ha abierto las puertas a un mundo aun desconocido para mi, Crisnalis, y que estoy deseando descubrirlo.
Nora de La Caja de Bombones de Alana Williams: por hacerme sentir fuerte poniéndome en el papel de Alana, y por hacerme desear conocer a James.
Regina de El Diario del Fin: porque... bueno aunque creo que debería de poner un poco más de alegría en sus magníficos escritos me siguen gustando, y porque, a quien quiero engañar, es mi mejor amiga!

Y ya está, no nomino a nadie más, aunque quizás me deje a alguien... no se xXD
Espero pronto subir el próximo capítulo de La Última Dama! 
Besosss a tod@s!

viernes, 4 de marzo de 2011

La Primera Dama (continuación cap. 5)


Supongo que lo primero que debería escribir es quien soy.
   Me llamo Madeleine Antonova, vivo en Brasov, Transilvania. Es un pueblo pequeño, acogedor y hermoso…aunque quizás no, quizás no lo sea. Antes no sabía que era la hermosura, la belleza, el amor, ahora lo sé, y admito que me asusta. Creo que es irónico, ya que últimamente, por estas tierras y en algunas de más lejanas me conocen como la Dama Invencible. La verdad, puedo morir; si me clavan un cuchillo sangraré, si me ahogan me asfixiaré, pero no se porque nunca llegan a conseguirlo, quizás al fin y al cabo si que sea invencible.
   Tuve que huir de mi clan, les traicioné y ahora andan en mi caza, para castigarme duramente por mi desobediencia, y luego para matarme bajo el sol y el calor. No voy a escribir en que los traicioné, pues sería demasiada maldad, demasiada crueldad. Sí, los vampiros tenemos unas leyes que acatar, un soberano al que subyacernos  y ciertos castigos a los que someter nuestra rebeldía, y se podría decir que yo crucé los límites de los limites, hice lo inimaginable. La razón, muy simple, soy era un vampiro, un ser al que temer por su oscura grandeza, así que tuve que imponerme sobre ciertos terrenos, a los que nunca antes nadie había ido a parar.
   La muerte, eso no me preocupa, ya que a un vampiro la muerte no le da miedo, por así decirlo los vampiros somos la propia muerte. Lo que de verdad tememos es que nos arrebaten ese poder, el poder de ser distintos el poder de ser más fuertes que los simples humanos, y eso a mi ya me lo han quitado.
   ¿Cómo? Cortándome los colmillos. Sin colmillos no hay sangre que beber, sin sangre tu cuerpo acaba por crear la suya propia, sangre humana, volviéndote débil e indefenso. Pero esos estúpidos vampiros no tuvieron en cuenta una vieja profecía, en la que se hablaba de una nueva raza, una raza híbrida.
   Yo soy la primera de esta especie, soy fuerte, rápida, la verdad es que igual que cuando era vampiro, pero hay algo distinto en mi. Lo noto al despertarme, lo noto en cada respiración, en cada palabra que pronuncio. Sueño cosas extrañas, y luego ocurren, no tal y como habían aparecido en mis sueños, pero de alguna forma pasan en la realidad. Y luego está eso…es como si estuviese protegida todo el rato, será suerte, será parte de mi nueva raza, quien sabe.
   Llevo días vagando por el mundo, viviendo aventuras, sí, pero al fin y al cabo vagando, sin rumbo al que dirigirme. Crucé el Atlántico en un barco de piratas, el galeón de Los Nueve Pájaros, donde aprendí los mil secretos del mar, el lenguaje del viento, a encontrar las historias que arrastran la olas consigo, y a descifrar los mensajes que dejan las mareas al retirarse. Se negaron a llevarme a bordo al principio, pero cautivados por mi belleza y fascinados por mi fuerza sobrehumana decidieron que era un gran tesoro al que estarían encantados de llevarse consigo. Claro que al llegar al gran continente intentaron retenerme, incluso bruscamente, pero al final me fui, sin más; compañeros de camarote, de noches con espantosas tormentas y amigos confidentes de pecados, pero ahora esos meses se reducían a eso, a unos meses y a un bonito recuerdo. Fui a vivir con los indios de America, quienes me enseñaron poderes que creía que simplemente existían en los mitos y en los cuentos, poderes de la magia blanca, como sanar, y como explorar el mundo de los sueños y el de los espíritus. Cabalgué con ellos por prados salvajes, donde nacía y crecía de todo, sin que el hombre lo hubiese cambiado.     Aun siento el aire en mi cara. Recuerdo cenas alrededor de la gran hoguera, donde el sabio curandero nos explicaba historias de amor donde las estrellas amantes estaban lejos pero aún así se amaban.
   Estuve en los Himalaya, en el desierto, en lagunas y laberintos, y ahora que lo escribo me doy cuenta de cuanto me han llenado esas aventuras. Pero no fueron solo historias divertidas que contar lo que me llevé conmigo, si no que también el recuerdo de una buena amistad.
Cuando andaba por las calles de algún pueblo de la costa oeste de los Estados Unidos se me cruzó por delante una pobre muchacha, quien intentó robarme. Como reflejo instintivo la rodeé con el brazo  por el cuello, ella me mordió, la solté, y consiguió escapar. Me hizo una buena herida y ahora que ya no era vampiro se me hacía extraño verla en mi brazo, sin curarse. Una semana después me volví a cruzar con la pequeña ladrona, quien con una terrible expresión de cansancio me empezó a contar cosas que le sucedían desde nuestro último encuentro. Cuando se enfadaba un fuerte viento soplaba, o el agua se libraba de su recipiente y estallaba por los aires asta vaporizarse, una vez el suelo tembló, y una piedra se rompió en dos.
   Fue allí cuando me hice amiga de Melody Hopkins. Ella, al morderme, ingirió mi sangre, con lo cual su ADN cambió, y se creó una subraza.

  

domingo, 27 de febrero de 2011

.-5-. LA DAMA INVENCIBLE

Siento que este capitulo sea tan corto, pero ya lo continuaré:
Como hace ya mucho que no escribo La Última Dama os voy a hacer un pequeño resumen de los anteriores capítulos.
“Vesna una chica huérfana de quince años llega a Brasov con sus tíos tal y como hace todos los inviernos. Pero este invierno es especial, pues está Alex, un chico atractivo y misterioso, el cual la salva después de haber sido secuestrada por -lo que el le dijo- un vampiro.  Alex vive en una vieja mansión, que años atrás pertenecía a la familia de Vesna, junto con sus padres, una chica llamada Ivy y Peter un chico atento fuerte y con un especial interés por la felicidad de Vesna. Ellos intentan convencerla de que lo que le cuentan es real, pero Vesna no puede llegar a creerse esa historia, así que los toma por locos antes de que puedan explicarle el final…si es que lo tiene…”


.-5-.
LA DAMA INVENCIBLE

Se puede habitar en los pensamientos
Que nosotros mismos hemos cultivado,
Y rugir con desprecio y coraje ultrajado
Que el mundo haga su peor parte.

Partida.
Parting
, Charlotte Brontë (1816-1855)




Probablemente hubiese sido mucho mejor quedarse en casa y cuidar de Vesna, pero su sed de venganza era incontrolable. No podía quedarse allí sentado sabiendo lo que aquellos repugnantes sean-lo-que-sean habían echo a su pequeña y a su esposa.
   Andrei avanzaba por la espesura del bosque formada por ramas secas y árboles de hoja perenne. Por suerte para él, el sol no estaba oculto por ninguna nube. Así que, desde una locura irracional, olía desde muy de cerca su victoria. Palmeo su cadera para comprobar que aun llevaba su puñal. En cuanto tocó la empuñadura oyó un ruido justo detrás de el, así que desenfundó el cuchillo y lo posicionó delante suyo, para protegerse de cualquier amenaza.
   Delante de él, entre arbustos y plantas apareció la pequeña figura de una chica. Lucia unos cortos y brillantes cabellos castaños que hacían juego con sus pequeños e intrigantes ojos.
   -¡Ivy! –Exclamó Andrei.-
   -Yo, yo…yo…solo estaba…- Respondió ella aun sobresaltada.- Andrei, no deberías estar aquí.- dijo ella al fin.
   -Ivy, tu no lo entiendes, casi matan a Vesna y a Catalina. Estoy preparado. Voy a acabar con ellos.
   Ivy rió, pues las palabras de Andrei eran totalmente absurdas. -¿No lo entiendes? Aunque sea de día y estés armado, ¡eres un humano! Si no vienes conmigo, tendrá que venir Alex, y ya sabes que ocurrirá.
   Andrei tomó aire, pues era difícil de asimilar que se había dejado llevar por la ira, y no había tenido en cuenta lo que era obvio: los vampiros lo matarían en un abrir y cerrar de ojos.
   Relajó los hombros, que sin darse cuenta los estaba tensando. Miró a Ivy y asintió.
   -De acuerdo, iré contigo.



   Hay veces en que te ves envuelto en una situación tan complicada que te rindes ante ella, y decides, pues eso, rendirte, dejar que la situación fluya por tu alrededor. No tratas de oponerte o de intentar auto-convencerte de que no está ocurriendo, porque todos tus sentidos al mismo tiempo están gritando <<¡No te resistas, no lo puedes evitar!>> Quizás Vesna aun no había llegado a un punto tan extremo, quizás aun podría resistirse, pero no lo hizo.
   Se levantó aun débil, y sin cuestionarse nada cogió el diario -o lo que fuese- en el que se narraba la historia de la Primera Dama y con las luces del mediodía empezó a leer en silencio…

Supongo que lo primero que debería escribir es quien soy.
   Me llamo Madeleine Moldovan, vivo en Brasov, Transilvania. Es un pueblo pequeño, acogedor y hermoso…aunque quizás no, quizás no lo sea. Antes no sabía que era la hermosura, la belleza, el amor, ahora lo sé, y admito que me asusta. Creo que es irónico, ya que últimamente, por estas tierras y en algunas de más lejanas me conocen como la Dama Invencible. La verdad, puedo morir; si me clavan un cuchillo sangraré, si me ahogan me asfixiaré, pero no se porque nunca llegan a conseguirlo, quizás al fin y al cabo si que sea invencible.
   Tuve que huir de mi clan, les traicioné y ahora andan en mi caza, para castigarme duramente por mi desobediencia, y luego para matarme bajo el sol y el calor. No voy a escribir en que los traicioné, pues sería demasiada maldad, demasiada crueldad. Sí, los vampiros tenemos unas leyes que acatar, un soberano al que subyacernos  y ciertos castigos a los que someter nuestra rebeldía, y se podría decir que yo crucé los límites de los limites, hice lo inimaginable. La razón, muy simple, soy era un vampiro, un ser al que temer por su oscura grandeza, así que tuve que imponerme sobre ciertos terrenos, a los que nunca antes nadie había ido a parar.
   La muerte, eso no me preocupa, ya que a un vampiro la muerte no le da miedo, por así decirlo los vampiros somos la propia muerte. Lo que de verdad tememos es que nos arrebaten ese poder, el poder de ser distintos el poder de ser más fuertes que los simples humanos, y eso a mi ya me lo han quitado.
   ¿Cómo? Cortándome los colmillos. Sin colmillos no hay sangre que beber, sin sangre tu cuerpo acaba por crear la suya propia, sangre humana, volviéndote débil e indefenso. Pero esos estúpidos vampiros no tuvieron en cuenta una vieja profecía, en la que se hablaba de una nueva raza, una raza híbrida.
 



lunes, 21 de febrero de 2011

*Corazón

Me muero.
Los días pasan y yo me muero. Sentada, aterrada, viendo el mundo cambiar. Pero yo no estoy en ese cambio, yo permanezco aquí, sentada, enterrada, en mi mundo permanente y gris. La luz que me quedaba dentro desaparece, aunque aun quiere brillar. Lo desea.
Me muero, no lo puedo evitar. Ven conmigo, te pido, ven comigo a la libertad. Despleguemos nuestros sueños y echemos a volar por encima del mar eterno. Divisemos barcos en el horizonte, y cantemos para que sepan de nuestra llegada. Hagamos que el sol brille aun más fuerte, y que la
nubes no teman a su propia tempestad. Gritemos mi solitario corazón, gritemos para que todos sepan que hemos llegado ya.
Veo como tu cara se ilumina, y como aparece una pizca de felicidad. Gritemos mi solitario corazón, gritemos y cambiémoslo todo al llegar. Cuando lleguemos a esa nueva tierra, una desconocida isla en el mar, cambiaremos las leyes, no habrá presos ni maldad. Corazón gritemos y lloremos, todo por felicidad.

Corazón despleguemos nuestros sueños y echemos a volar por encima del mar eterno. Divisemos barcos en el horizonte, y cantemos para que sepan de nuestra llegada. Hagamos que el sol brille aun más fuerte, y que la nubes no teman a su propia tempestad. Gritemos mi solitario corazón, gritemos para que todos sepan que hemos llegado ya.
¿Acaso no lo merece? La felicidad. Corazón me da lástima verte sufrir. Se que una vez fuiste feliz, pues me hiciste llorar, sí, pero no sin antes hacerme amar. Corazón se fuerte y enfrentémonos juntos a la verdad.
En esa nueva tierra habrá verdes campos, donde todo será posible. Construiremos ciudades y edificios, casas y calles. Pero corazón, lo que distinguirá a nuestra isla será el hogar. Cada una de las piedras que lo formarán serán el hogar de cada uno de los corazones de este mundo, será tu hogar, será nuestra casa.

sábado, 19 de febrero de 2011

*Londres


Hola a todos,
Cuando empecé este blog tenía la intención de publicar un capítulo por semana, pero desde hace ya muchos días que no cuelgo nada. Pido disculpas, ya que cuando sigues una historia lo que quieres es continuarla, y por mi fata de imaginación y de tiempo esto no ha sido posible. Os escribo esto para que sepáis que puede que tarde aun muchos días en subir una continuación de La Última Dama, o puede que no, puede que en cuanto acabe de escribir esto la inspiración reaparezca. No obstante no quiero abandonar el blog, así que muy a menudo iré colgando fragmentos de cosas que voy escribiendo antes de acostarme, en clase, en la calle sentada en un banco... escritos que quizás no tengan sentido para vosotros, pero que para mi son parte de mi vida y de mis sentimientos. Si me conocierais sabríais que no me gusta la monotonía, me deprime y me agobia. Y amo los cambios, el conocer el mundo que me rodea, el viajar, el descubrir. Si me conocierais sabríais que en los dos últimos años he viajado increíblemente mucho, por TODO el mundo, con dificultades y premios, pero gracias a estas situaciones he podido escribir, plasmar mi vida en un papel. O en un blog...

Querido diario,
Ya he preparado la maleta, y esta noche cojo un avión para irme a Londres. Iba a ir con un amigo, pero a veces hay caminos que son solo para ti. Así que cogeré el vuelo 5025 dirección Heathrow. 

Ya sabes cuanto me gustan los aeropuertos…perderme por todo el lugar, entre la gente, las maletas…pero lo genial es la satisfacción de encontrar el camino hacia el avión, eso es lo mejor. Y luego, una vez dentro de la gran máquina haces la cuanta atrás para el despegue…3, 2, 1 y… esa extraña y adictiva sensación en el estomago que te hace desear el aterrizaje. Mientras escribo pienso en Londres, y en las mil y una aventuras que me están esperando allí. ¿Pero, querido diario, sabes que es lo mejor de todo esto? Que solo será la primera parada.

martes, 8 de febrero de 2011

"Portada"

Aunque para que haya una portada antes tiene que haber una historia, no he podido evitar imaginar la portdada de La Última Dama...



domingo, 16 de enero de 2011

.-4-. EN UN SUEÑO PROFUNDO/Parte 2


.-4-./Parte 2

EN UN SUEÑO PROFUNDO



   -Alex, ¿me estas escuchando?- Le pregunto Ivy.
   -Sí, sí, claro. – Contestó como si le acabaran de traer de vuelta desde otro mundo.- La verdad es que no se que hacer, quizás mañana por la mañana deberíamos hacerle una visita. Quiera o no tendrá que escucharnos.
   Ivy se sorprendió de la dureza que llevaban sus palabras, desde hacía unos días que lo notaba distinto, más frío y distante. Lo miró con cierta preocupación, acto seguido decidió cambiar de tema.
   -Por cierto, ¿dónde se ha metido Peter?
   Alex la miró pensativo y a la vez alarmado. Era peligroso andar de noche por allí, aunque fuese por las calles de Brasov.
   -Iré a buscarlo. –Dijo levantándose.- Tu quédate aquí y espera a que mis padres vuelvan.
   Ivy hizo un gesto con la cabeza afirmando que así lo haría mientras observaba a Alex coger su abrigo y adentrarse por aquel pasillo oscuro y frío, pero que al mismo tiempo transmitía cierta sensación de protección, de estar a salvo y de hogar.
   Hacía catorce años lo había sido, el hogar de una familia. Dentro de lo que se podía esperar de su vida, los Antonova habían sido muy felices, se querían y habían tenido una preciosa hija. Pero tan solo una año después de su nacimiento todo acabó, no más felicidad, no más familia y no más hogar. No al menos para aquella familia, pues tras la muerte de los padres de Vesna aquella mansión había servido de cobijo para un peculiar grupo de jóvenes. El mayor de ellos, Alex. El cual vivía también con sus padres. Peter el mediano. No tenía familia, la perdió, en Inglaterra, donde nació. Y finalmente Ivy la más joven de todos. Sus padres vivían en Estados Unidos, pero un día, sabiendo que los necesitaban, decidieron volver a Brasov, encontrando así la muerte.
   A Ivy le entro un escalofrío por todo el cuerpo, no podía permitir que los sentimientos la controlaran, debía ser fuerte. Se sentó en la silla que había al lado de la ventana, y observó como cada vez la noche se iba haciendo más clara.

   -Supe que me encontrarías.- Dijo apoyado en la pared con cierta chulería.
-¿Qué haces aquí Peter?- Preguntó Alex ignorando el comentario de su amigo.
-Decidí quedarme un rato vigilando en la puerta por si algún chupa-sangre se atrevía a tocar a nuestra princesita, pero
de momento no tenemos visita.- Observó el cielo. –Está a punto de amanecer. Deberíamos irnos a dormir, y mañana ya decidiremos que hacer con ella.
    Alex asintió, dio media vuelta y se fue por donde había venido.

   Peter se reincorporó. Dio unos pasos y se quedó mirando la ventana por la que antes se había colado. Sintió cierta tentación de volver a hacerlo, e intentó quitarse aquella idea de la cabeza, puesto que si tenía que escoger entre dormir o escalar paredes en plena madrugada prefería dirigirse hacia la mansión. Pero no pudo evitarlo. Y con sus hábiles extremidades escaló la pared como si fuese algo que hiciese cada día para pasar el rato. Entró en la habitación, y se apresuró en cerrar la ventana.
   Sus ojos tardaron unos minutos en acostumbrarse al la oscuridad, ya que las cortinas no permitían que la luz de las farolas, que alumbraban la calle, entrara. En cuanto ya pudo ver se dio cuenta de que Vesna ya no descansaba profundamente en la cama tal y como la había dejado, sino que se hallaba en el suelo, al lado de la cama abrazando sus piernas, mientras se mecía sobre si misma. Ella alzó la cabeza y lo miró. Sus ojos húmedos expresaban rendición, se rendían porque ya no querían luchar más.
   -¿Las pesadillas te han despertado?- Preguntó Peter mientras se sentaba a su lado.
   -¿Cómo lo has sabido?- Dijo secándose las lágrimas.
   -Cuando supe lo que yo era, lo que era capaz de hacer…- dudó en continuar, sabía que a Alex no le parecería bien- mi mente estaba tan confundida, que no dejaba de tener pesadillas, por las noches me levantaba , me escondía en algún rincón y suplicaba a la noche que me dejase dormir.
   -Peter. ¿Qué es lo que eres capaz de hacer?- Vesna se sentía abatida, y sabía que por muy absurda que pudiese ser la respuesta del chico se la creería.
   Peter sonrió suavemente.
   -Si te estiras en la cama y intentas dormir, te lo mostraré.
   -Pero las pesadillas…- Susurró ella.
   -Las pesadillas desaparecerán.
   Vesna se levantó del suelo para estirarse en la cama. Se sentía débil, así que cogió la mano que le ofrecía el chico. Peter se dio cuenta de que en la otra llevaba aquel cuaderno negro que le había dado.
   Se metió en la cama. Peter la tapó y le puso una mano en la frente, por unos instantes se observaron fijamente los ojos, inspeccionando el alma del otro en una simple mirada. A Vesna le dejaron de atormentar los pensamientos, y empezó a cerrar los ojos lentamente hasta quedarse dormida. Peter, con cariño, secó una última lágrima que caía por la mejilla de Vesna, sintiendo así que aquel largo y extraño día ya había acabado.
  

sábado, 8 de enero de 2011

.-4-. EN UN SUEÑO PROFUNDO/Parte 1


.-4-./Parte 1

EN UN SUEÑO PROFUNDO


Todo aquello que hoy es una realidad,
antes no era más que parte de un sueño imposible.

William Blake


   Repasaba mentalmente lo que le había ocurrido una y otra vez, no llegaba a comprender como aun seguía viva. Cuando vio a aquel hombre delante de ella, hablándole con desprecio, con asco, dio por sentado que iba a matarla, no sabía porque querría hacerle daño, pero eso ya no importaba. Lo único que tenía importancia era saber si su tía estaba bien, aunque por el momento no podía averiguarlo, ya que estaba inmersa en un especie de sueño, en el que los recuerdos eran los protagonista.

   -Seguro que es ella?- preguntó una voz femenina.
   -Por supuesto. ¿Quién mas podría ser?- Aclaró Alex.- Es el vivo retrato de su madre.
   -Si tu lo dices… ¿La despertamos ya?
   -No. Dejemos que duerma un poco mas.

   Vesna en todo momento estaba presente en aquella conversación, tendida con los ojos cerrados en lo que seguramente sería un sofá.
Quería saber de que hablaban, preguntar que era lo que le había ocurrido. Pero aquella noche había estado una experiencia tan impactante, que por mucho que lo intentara, su mente le obligaba a repasar detalle por detalle, como si fuese un ordenador archivando datos.
   Estaba en casa, un grito, madera rota. Un golpe en la espalda. Bosque, frío, noche. El hombre que la perseguía, el lago helado. Alex. Y nada mas, aquello es lo que le había ocurrido, seguramente la peor experiencia de su vida, hasta el momento.

   Despertó sobresaltada, estaba sucia y sudada. La ropa y toda ella olían a moho y a tierra mojada, Estaba cubierta con una gruesa manta, de la cual se desprendió como si fuese una red que la atrapaba y la mantenía prisionera.
   Se levanto, dio unos pasos, pero aun estaba demasiado débil, se sentó de nuevo en el sofá.
   -No deberías hacer esfuerzos.- dijo Alex cariñosamente entrando en el salón.
   -¿Alex, que ha ocurrido? ¿Qué hora es? ¿Dónde estoy? ¿Y mi tía?- Tantas preguntas agotaron a Vesna, la cual dejó caerse en el respaldo del sofá. Le dolió justo allí donde recordaba haber recibido un golpe.
   -Bueno, ahora estas a salvo, te lo prometo. Estas en la mansión de los Antonova, esta era la mansión de tus padres.- Hizo un gesto con los brazos señalando la gran sala.- Respecto a la hora- miró su reloj- son las tres de la madrugada. Y tu tía está bien, solo recordará haberse caído. Peter se ha encargado de ello.
   -¿Peter? Y ¿que quieres decir con que solo recordará haberse caído?
  
   Un chico apareció detrás de Alex. Era un chico fuerte y sin duda hacía ejercicio, y por la forma de caminar se deducía en él una gran agilidad.

   -¿Aun no se lo has contado?- dijo el muchacho con cierta arrogancia.
   -Iba ha hacerlo ahora mismo- contestó Alex molesto.
   -¿Contarme que?- reclamó saber Vesna.

   Alex se sentó a su lado, se le notaba nervioso, talvez confuso, y la miraba con unos ojos de total compasión. Vesna nerviosa se acariciaba las manos como acostumbraba a hacer en situaciones el las que no sabía que decir, simplemente se acariciaba las manos, tal y como lo hacía su madre.
   -Mira, Vesna lo primero que debes saber- se aclaró la garganta- es que… quien esta noche te perseguía, no era ningún secuestrador, ni un sicópata ni nada por el estilo, era un Vampiro, un cazador…
   -Ya es suficiente. Estoy no se donde, con prácticamente no se quien, y tu me vienes con historias de locos.- Gritaba Vesna indignada- ¡La salida!- exigió saber.
   Alex intentó defenderse con argumentos para que ella la creyese, pero aguardó en silencio. Fue Peter quien habló:
   -Yo te llevaré.
   Mientras el joven alto, fuerte y rubio la acompañaba por los pasadizos de aquella mansión gigantesca, Vesna sacaba fuerzas para seguir andando y no desmayarse por el camino.
   Al llegar a la puerta de madera que daba a la salida vio que aun tenía toda una montaña que bajar asta llegar Brasov. Vesna ya no pudo más.
   -Yo, yo no tengo fuerzas para llegar asta abajo.- dijo con cierta vergüenza.
   Peter la miró con sus ojos verdes, dedicándole una mirada entre pensativa y divertida.
   -Si confías en mi…Podrías subirte a mi espalda. Yo te llevo a casa.
   A Vesna no le hacía mucha gracia aquella idea, pero aceptó, era eso o unos cuatrocientos metros de caída libre.
   Se subió en la espalda del chico. Como había deducido era fuerte, muy fuerte. Peter empezó a descender poco a poco, siendo consciente de que llevaba una carga muy valiosa en su espalda.

   Al llegar a la casa Peter entro por la ventana sigilosamente. Ella se había quedado profundamente dormida. La estiró en la cama como si se tratase de una frágil criatura y se sacó del bolsillo lo que parecía ser un diario. Se lo dejó en la mesilla de noche.
   El diario tenía una gruesa tapa de color negro, en la cual se podía leer en letras doradas:
LA LEYENDA DE LA ÚLTIMA DAMA

jueves, 6 de enero de 2011

ADELANTO

    Hola!
    Estos últimos días estoy bastante ocupada así que he decidido escribir un pequeño adelanto de lo que ocurrirá en unos cuantos capítulos. No obstante el cuarto capítulo ya esta en macha!

   Sintió una opresión en el pecho y un vacío en el estomago. Le faltaba aire, y por eso sus pulmones desesperadamente reclamaban oxigeno. Las piernas le temblaban, ahora eran débiles en lugar de fuertes y musculosas. Miró a Vesna, la sentía tan lejos, tan y tan lejos. Cayó en el suelo, sin fuerzas para nada más, ni para llorar, ni para levantarse, ni siquiera para pensar en lo desgraciado que se sentía. Simplemente se quedó sentado, con la mirada fija en aquella cama, en la cual dormía el amor de su vida.