miércoles, 30 de marzo de 2011

Cambios en el blog...


La Última Dama se ha congelado...si! Y  lo siento de verdad. Lo que ocurre es que en tres meses me voy a la India para todo un año. Ha sido una decisión muy difícil, me ha traído muchos problemas, y a sido en esos momentos de angustia cuando La Última Dama nació. Pero ahora se ha terminado es etapa, y Vesna ya no me susurra de noche contándome lo muy confundida que está, ni Peter me explica como se está enamorando, ni Alex me confiesa sus oscuros secretos. Pero algún día volverán todas esas voces, y entonces acabaré mi novela. No obstante, por el momento estoy empezando una nueva historia, titulada improvisadamente "Crónicas del Mar" o ahora se me ocurre "Entre dos mares". Trata de Lucy, una adolescente que se ve atrapada entre dos mundos, el "real" y el mundo en el que es pirata. Cada vez se confunde más, prefiere ser pirata y navegar por los mares que ser una pobre adolescente, al final no puede evitar questionarse quien realmente es, si Lucy o una gran pirata. Más abajo os adjunto lo que ya he escrito, no es el principio, es solo una parte de la historia que algun día tendrá más sentido. Espero que os guste, y que no os moleste mi decision de 'congelar' a la última dama. Que sepáis que no pienso cambiar el nombre del blog, pues fue gracias a Vesna y su aventura que nació este blog.


  Aunque me negase a admitirlo el aire estaba inundado por un perpetuo silencio, en el que canciones melancólicas inventaban historias que nunca más allá de los libros existieron. Estirada en mi cama reposaba inquieta, la ausencia de un beso me acechaba, mientras el recuerdo de la traición repentinamente hacía hervir mi sangre. Acariciaba lentamente las sábanas para recordarme donde, en que mundo, debía quedarme. ¡Sí! Grité en medio de la calmada noche. ¡No! Contradije en mi habitación estirada. Las dudas crecían en mí como el huracán sin compasión avanza. No había ninguna elección correcta, pues ambas me dejaban entristecida, arrepentida, o tal vez culpable.
   Acaricié con más ímpetu la sábana, pero ahora en lugar de fino algodón mis manos se encontraban con un pesado terciopelo. Abrí los ojos, y pude ver como largas cortinas rojas se posaban encima de la cama en la que yo me encontraba tendida. Me levanté, y como si cientos de mañanas hubiese hecho lo mismo salí del camarote, me apoyé en la barandilla de madera embarnizada, y me quedé observando el infinito mar. Un hombre vestido con ropas anchas pasó por mi lado, no sin antes detenerse y saludarme con un “buenos días Capitán”. Y es que efectivamente, era capitana de aquel galeón,  El Galeón de Los Nueve Pájaros.
   Entrada la noche volví a mi camarote, me paré en la puerta, y observé una vez más el océano, que ahora, oscuro y calmado, reposaba en silencio. Me descalcé las botas, me solté el pelo, y me estiré encima de la cama. Mis dedos acariciaban el terciopelo temiendo perder aquél momento. Cerré poco a poco los ojos, lentamente, hasta que la fina línea de luz su hundía en la oscuridad.
   Desperté, poco después, no fue necesario abrir los ojos, pues mis dedos ya estaban acariciando aquellas sábanas de algodón, que si más no, eran mi encarcelamiento, eran unas sábanas capaces de privarme de la libertad. Me quedé observando detenidamente las  paredes. No me gustaban, estaban pintadas de un color indefinido y su composición de yeso me decía que ya no estaba en un barco pirata surcando los mares, sino que me encontraba otra vez en mi habitación, en mi casa, en alguna ciudad, de algún país que no importaba el nombre.
   Miré el reloj de la mesilla de noche, eran las tres de la mañana o tal vez las cuatro, no me acuerdo muy bien, pero el caso es que aun tenía tiempo de volver a ese lugar. Cerré los ojos, respiré hondo, muy hondo, sin dejar que los ruidos urbanos me molestaran. Y poco a poco, tal y como se describe la muerte, me fui acercando a un punto de luz, donde sentía que el amor, la paz y sobretodo las aventuras palpitaban incesantemente aclamando mi llegada. Atravesé esa luz y sentí todo mi cuerpo vibrar de éxtasis, y una sensación cálida me invadió, igual que cuando tienes frío y te tapas con una manta al lado del fuego, igual que cuando ves a alguien muy querido después de una larga vida. Y desperté.
   Antes de abrir los ojos olí aquel olor a humedad, el olor de salitre, de polvo. Olí el terciopelo, y escuché las olas del mar romper contra el casco del galeón.




Y AQUI VA OTRO FRAGMENTO



    Nunca pensé en que ese día llegaría, nunca imaginé un final mejor. Un momento en la vida en el que todo está hecho, todo esta vivido. Un instante silencioso y fugaz que pasa por el mundo sin ser advertido, sin ni siquiera ser oído.
   Es en un momento, en apenas unos segundos en los que sientes que ya has llorado por todas las tristezas de este mundo, que ya has sonreído por todos esos momentos felices, una puesta de sol, un una tarde lluviosa con un libro en la mano… y es cuando sientes que ya has amado de la forma más intensa, más dulce y más real que nunca antes nadie había hecho.
   Son unos segundos, espacios en que pequeñas agujas van girando en mi reloj, aquel que aun guardo en el bolsillo, aquel que con su ligero peso reposa sobre mi. Puedo oír su tic-tac, y me pregunto que importancia tiene el tiempo en la vida, que importancia tienen los días vividos cuando vas a morir.
   Miré por última vez el mar, el sol renacía en sus aguas, majestoso, formidable, omnipotente.



domingo, 13 de marzo de 2011

Lagrimas de un Ángel me ha nominado!

Gracias Lagrimas de un Ángel por nominarme!! Supongo que esto significa que te gusta mi blog ^^
Bueno y para seguir con la tradición responderé a las tres preguntas y nominaré a unos cuantos blogs:

Color favorito: verde, como las hojas de los árboles y como el césped mojado que tanto me gusta fotografiar.
Comida favorita: Cualquier cosa verde xD Soy vegetariana :P
Libro favorito: Sin duda Cazadores de Sombras por sus aventuras y romances, pero no puedo evitar empatarlo con "Si no despierto" de Lauren Oliver, un libro que se ganó un lugar en mi corazón gracias a sus palabras que tantas veces me hicieron reflexionar.

BLOGS NOMINADOS:
Mabi de Voz De Cristal: porque me ha abierto las puertas a un mundo aun desconocido para mi, Crisnalis, y que estoy deseando descubrirlo.
Nora de La Caja de Bombones de Alana Williams: por hacerme sentir fuerte poniéndome en el papel de Alana, y por hacerme desear conocer a James.
Regina de El Diario del Fin: porque... bueno aunque creo que debería de poner un poco más de alegría en sus magníficos escritos me siguen gustando, y porque, a quien quiero engañar, es mi mejor amiga!

Y ya está, no nomino a nadie más, aunque quizás me deje a alguien... no se xXD
Espero pronto subir el próximo capítulo de La Última Dama! 
Besosss a tod@s!

viernes, 4 de marzo de 2011

La Primera Dama (continuación cap. 5)


Supongo que lo primero que debería escribir es quien soy.
   Me llamo Madeleine Antonova, vivo en Brasov, Transilvania. Es un pueblo pequeño, acogedor y hermoso…aunque quizás no, quizás no lo sea. Antes no sabía que era la hermosura, la belleza, el amor, ahora lo sé, y admito que me asusta. Creo que es irónico, ya que últimamente, por estas tierras y en algunas de más lejanas me conocen como la Dama Invencible. La verdad, puedo morir; si me clavan un cuchillo sangraré, si me ahogan me asfixiaré, pero no se porque nunca llegan a conseguirlo, quizás al fin y al cabo si que sea invencible.
   Tuve que huir de mi clan, les traicioné y ahora andan en mi caza, para castigarme duramente por mi desobediencia, y luego para matarme bajo el sol y el calor. No voy a escribir en que los traicioné, pues sería demasiada maldad, demasiada crueldad. Sí, los vampiros tenemos unas leyes que acatar, un soberano al que subyacernos  y ciertos castigos a los que someter nuestra rebeldía, y se podría decir que yo crucé los límites de los limites, hice lo inimaginable. La razón, muy simple, soy era un vampiro, un ser al que temer por su oscura grandeza, así que tuve que imponerme sobre ciertos terrenos, a los que nunca antes nadie había ido a parar.
   La muerte, eso no me preocupa, ya que a un vampiro la muerte no le da miedo, por así decirlo los vampiros somos la propia muerte. Lo que de verdad tememos es que nos arrebaten ese poder, el poder de ser distintos el poder de ser más fuertes que los simples humanos, y eso a mi ya me lo han quitado.
   ¿Cómo? Cortándome los colmillos. Sin colmillos no hay sangre que beber, sin sangre tu cuerpo acaba por crear la suya propia, sangre humana, volviéndote débil e indefenso. Pero esos estúpidos vampiros no tuvieron en cuenta una vieja profecía, en la que se hablaba de una nueva raza, una raza híbrida.
   Yo soy la primera de esta especie, soy fuerte, rápida, la verdad es que igual que cuando era vampiro, pero hay algo distinto en mi. Lo noto al despertarme, lo noto en cada respiración, en cada palabra que pronuncio. Sueño cosas extrañas, y luego ocurren, no tal y como habían aparecido en mis sueños, pero de alguna forma pasan en la realidad. Y luego está eso…es como si estuviese protegida todo el rato, será suerte, será parte de mi nueva raza, quien sabe.
   Llevo días vagando por el mundo, viviendo aventuras, sí, pero al fin y al cabo vagando, sin rumbo al que dirigirme. Crucé el Atlántico en un barco de piratas, el galeón de Los Nueve Pájaros, donde aprendí los mil secretos del mar, el lenguaje del viento, a encontrar las historias que arrastran la olas consigo, y a descifrar los mensajes que dejan las mareas al retirarse. Se negaron a llevarme a bordo al principio, pero cautivados por mi belleza y fascinados por mi fuerza sobrehumana decidieron que era un gran tesoro al que estarían encantados de llevarse consigo. Claro que al llegar al gran continente intentaron retenerme, incluso bruscamente, pero al final me fui, sin más; compañeros de camarote, de noches con espantosas tormentas y amigos confidentes de pecados, pero ahora esos meses se reducían a eso, a unos meses y a un bonito recuerdo. Fui a vivir con los indios de America, quienes me enseñaron poderes que creía que simplemente existían en los mitos y en los cuentos, poderes de la magia blanca, como sanar, y como explorar el mundo de los sueños y el de los espíritus. Cabalgué con ellos por prados salvajes, donde nacía y crecía de todo, sin que el hombre lo hubiese cambiado.     Aun siento el aire en mi cara. Recuerdo cenas alrededor de la gran hoguera, donde el sabio curandero nos explicaba historias de amor donde las estrellas amantes estaban lejos pero aún así se amaban.
   Estuve en los Himalaya, en el desierto, en lagunas y laberintos, y ahora que lo escribo me doy cuenta de cuanto me han llenado esas aventuras. Pero no fueron solo historias divertidas que contar lo que me llevé conmigo, si no que también el recuerdo de una buena amistad.
Cuando andaba por las calles de algún pueblo de la costa oeste de los Estados Unidos se me cruzó por delante una pobre muchacha, quien intentó robarme. Como reflejo instintivo la rodeé con el brazo  por el cuello, ella me mordió, la solté, y consiguió escapar. Me hizo una buena herida y ahora que ya no era vampiro se me hacía extraño verla en mi brazo, sin curarse. Una semana después me volví a cruzar con la pequeña ladrona, quien con una terrible expresión de cansancio me empezó a contar cosas que le sucedían desde nuestro último encuentro. Cuando se enfadaba un fuerte viento soplaba, o el agua se libraba de su recipiente y estallaba por los aires asta vaporizarse, una vez el suelo tembló, y una piedra se rompió en dos.
   Fue allí cuando me hice amiga de Melody Hopkins. Ella, al morderme, ingirió mi sangre, con lo cual su ADN cambió, y se creó una subraza.