lunes, 21 de febrero de 2011

*Corazón

Me muero.
Los días pasan y yo me muero. Sentada, aterrada, viendo el mundo cambiar. Pero yo no estoy en ese cambio, yo permanezco aquí, sentada, enterrada, en mi mundo permanente y gris. La luz que me quedaba dentro desaparece, aunque aun quiere brillar. Lo desea.
Me muero, no lo puedo evitar. Ven conmigo, te pido, ven comigo a la libertad. Despleguemos nuestros sueños y echemos a volar por encima del mar eterno. Divisemos barcos en el horizonte, y cantemos para que sepan de nuestra llegada. Hagamos que el sol brille aun más fuerte, y que la
nubes no teman a su propia tempestad. Gritemos mi solitario corazón, gritemos para que todos sepan que hemos llegado ya.
Veo como tu cara se ilumina, y como aparece una pizca de felicidad. Gritemos mi solitario corazón, gritemos y cambiémoslo todo al llegar. Cuando lleguemos a esa nueva tierra, una desconocida isla en el mar, cambiaremos las leyes, no habrá presos ni maldad. Corazón gritemos y lloremos, todo por felicidad.

Corazón despleguemos nuestros sueños y echemos a volar por encima del mar eterno. Divisemos barcos en el horizonte, y cantemos para que sepan de nuestra llegada. Hagamos que el sol brille aun más fuerte, y que la nubes no teman a su propia tempestad. Gritemos mi solitario corazón, gritemos para que todos sepan que hemos llegado ya.
¿Acaso no lo merece? La felicidad. Corazón me da lástima verte sufrir. Se que una vez fuiste feliz, pues me hiciste llorar, sí, pero no sin antes hacerme amar. Corazón se fuerte y enfrentémonos juntos a la verdad.
En esa nueva tierra habrá verdes campos, donde todo será posible. Construiremos ciudades y edificios, casas y calles. Pero corazón, lo que distinguirá a nuestra isla será el hogar. Cada una de las piedras que lo formarán serán el hogar de cada uno de los corazones de este mundo, será tu hogar, será nuestra casa.

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