.-4-./Parte 1
EN UN SUEÑO PROFUNDO
Todo aquello que hoy es una realidad,
antes no era más que parte de un sueño imposible.
William Blake
Repasaba mentalmente lo que le había ocurrido una y otra vez, no llegaba a comprender como aun seguía viva. Cuando vio a aquel hombre delante de ella, hablándole con desprecio, con asco, dio por sentado que iba a matarla, no sabía porque querría hacerle daño, pero eso ya no importaba. Lo único que tenía importancia era saber si su tía estaba bien, aunque por el momento no podía averiguarlo, ya que estaba inmersa en un especie de sueño, en el que los recuerdos eran los protagonista.
-Seguro que es ella?- preguntó una voz femenina.
-Por supuesto. ¿Quién mas podría ser?- Aclaró Alex.- Es el vivo retrato de su madre.
-Si tu lo dices… ¿La despertamos ya?
-No. Dejemos que duerma un poco mas.
Vesna en todo momento estaba presente en aquella conversación, tendida con los ojos cerrados en lo que seguramente sería un sofá.
Quería saber de que hablaban, preguntar que era lo que le había ocurrido. Pero aquella noche había estado una experiencia tan impactante, que por mucho que lo intentara, su mente le obligaba a repasar detalle por detalle, como si fuese un ordenador archivando datos.
Estaba en casa, un grito, madera rota. Un golpe en la espalda. Bosque, frío, noche. El hombre que la perseguía, el lago helado. Alex. Y nada mas, aquello es lo que le había ocurrido, seguramente la peor experiencia de su vida, hasta el momento.
Despertó sobresaltada, estaba sucia y sudada. La ropa y toda ella olían a moho y a tierra mojada, Estaba cubierta con una gruesa manta, de la cual se desprendió como si fuese una red que la atrapaba y la mantenía prisionera.
Se levanto, dio unos pasos, pero aun estaba demasiado débil, se sentó de nuevo en el sofá.
-No deberías hacer esfuerzos.- dijo Alex cariñosamente entrando en el salón.
-¿Alex, que ha ocurrido? ¿Qué hora es? ¿Dónde estoy? ¿Y mi tía?- Tantas preguntas agotaron a Vesna, la cual dejó caerse en el respaldo del sofá. Le dolió justo allí donde recordaba haber recibido un golpe.
-Bueno, ahora estas a salvo, te lo prometo. Estas en la mansión de los Antonova, esta era la mansión de tus padres.- Hizo un gesto con los brazos señalando la gran sala.- Respecto a la hora- miró su reloj- son las tres de la madrugada. Y tu tía está bien, solo recordará haberse caído. Peter se ha encargado de ello.
-¿Peter? Y ¿que quieres decir con que solo recordará haberse caído?
Un chico apareció detrás de Alex. Era un chico fuerte y sin duda hacía ejercicio, y por la forma de caminar se deducía en él una gran agilidad.
-¿Aun no se lo has contado?- dijo el muchacho con cierta arrogancia.
-Iba ha hacerlo ahora mismo- contestó Alex molesto.
-¿Contarme que?- reclamó saber Vesna.
Alex se sentó a su lado, se le notaba nervioso, talvez confuso, y la miraba con unos ojos de total compasión. Vesna nerviosa se acariciaba las manos como acostumbraba a hacer en situaciones el las que no sabía que decir, simplemente se acariciaba las manos, tal y como lo hacía su madre.
-Mira, Vesna lo primero que debes saber- se aclaró la garganta- es que… quien esta noche te perseguía, no era ningún secuestrador, ni un sicópata ni nada por el estilo, era un Vampiro, un cazador…
-Ya es suficiente. Estoy no se donde, con prácticamente no se quien, y tu me vienes con historias de locos.- Gritaba Vesna indignada- ¡La salida!- exigió saber.
Alex intentó defenderse con argumentos para que ella la creyese, pero aguardó en silencio. Fue Peter quien habló:
-Yo te llevaré.
Mientras el joven alto, fuerte y rubio la acompañaba por los pasadizos de aquella mansión gigantesca, Vesna sacaba fuerzas para seguir andando y no desmayarse por el camino.
Al llegar a la puerta de madera que daba a la salida vio que aun tenía toda una montaña que bajar asta llegar Brasov. Vesna ya no pudo más.
-Yo, yo no tengo fuerzas para llegar asta abajo.- dijo con cierta vergüenza.
Peter la miró con sus ojos verdes, dedicándole una mirada entre pensativa y divertida.
-Si confías en mi…Podrías subirte a mi espalda. Yo te llevo a casa.
A Vesna no le hacía mucha gracia aquella idea, pero aceptó, era eso o unos cuatrocientos metros de caída libre.
Se subió en la espalda del chico. Como había deducido era fuerte, muy fuerte. Peter empezó a descender poco a poco, siendo consciente de que llevaba una carga muy valiosa en su espalda.
Al llegar a la casa Peter entro por la ventana sigilosamente. Ella se había quedado profundamente dormida. La estiró en la cama como si se tratase de una frágil criatura y se sacó del bolsillo lo que parecía ser un diario. Se lo dejó en la mesilla de noche.
El diario tenía una gruesa tapa de color negro, en la cual se podía leer en letras doradas:
LA LEYENDA DE LA ÚLTIMA DAMA
Que oportuna es, justo cuando Alex le iba a contar todo le interrumpe ¬¬' xD
ResponderEliminarMe encanta!
Graciass!! Tranquila, en poco tiempo descubrirá todo a cerca de Alex... bueno casi todo ;)
ResponderEliminarde nada, jejeje, yo es que no voy a pode restar mucho tiempo en el ordenador, en general lo tengo escrito en un cuaderno, pero hasta que lo escriba aqui y luego corrija lo que tengo mal... como veras te estoy contestando casi una semana mas tarde, no tengo mucho tiempo asi que tardare un poco... yo pues estoy aprendiendo solo frances e ingles... bueno besos... y de nada, gracias a ti por interesarte por mi novela!
ResponderEliminarahmm y lo siento aun no he leido el cap, ¡NO DISPONGO DE MUCHO TIEMPO! lo siento de verdad, en cuanto pueda lo leere y te dejare un comentario, pa k sepas que lo he leido, xDD besos.
¡Holaa! :)
ResponderEliminarNada, que he llegado a ésta página a través de otra y me ha gustado mucho lo que me he encontrado... xDD
Tu historia parece muy interesante y tiene mucho gancho, espero que la sigas y que pronto nos desveles más cosas sobre Alex, oh, y también sobre Peter.
Esperaré ansiosa la continuación. ;)
Muchisimas gracias! Cuenta con ello! Pronto mas Alex y Peter =)
ResponderEliminarYa la lei, jeje cogi tiempoo, jejejeje, como molaaaaaaa, vampiroos, ehmmm, jejejeje. Sigue asii. Me encanta Alex!!!
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